La Misa Crismal señala el compromiso del presbiterio diocesano para “ser pastores de una Iglesia sinodal ante el serio desafío de edificar y fortalecer pequeños rebaños”

  • El obispo Luis Ángel preside en la Catedral esta eucaristía especial en la que todos los presbíteros y diáconos de la Diócesis renovaron sus promesas sacerdotales, en una celebración que abre en la Iglesia de León las jornadas centrales del Triduo Pascual

La celebración de la Misa Crismal esta mañana de Miércoles Santo en la Catedral ha puesto el pórtico a las jornadas centrales del Triduo Pascual en esta Semana Santa de 2024. Una celebración que ha presidido el obispo, el padre Luis Ángel de las Heras, y en la que ha concelebrado el obispo emérito Julián López, con numerosa presencia de los integrantes del clero diocesano, presbíteros y diáconos, que han renovado esta mañana en el primer templo diocesano las promesas que realizaron el día en que recibían el sacramento del Orden. Antes del inicio de esta celebración especial, todos han participado en la Capilla del Santísimo en una reflexión-meditación que ha estado conducida por el sacerdote diocesano y coordinador del Área del Clero de la Delegación de Comunión Fraterna, Nicanor Martínez, en torno al tema “La belleza de la unidad”.

‘EDIFICAR PEQUEÑOS REBAÑOS’

En su homilía, el obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras, ha comenzado evocando “el saludo de la comunión y la belleza de la unidad” en el marco de “este banquete de comunión fraterna del presbiterio diocesano y de toda la Diócesis de León” para resaltar que “la renovación de nuestras promesas sacerdotales nos comprometen siempre, pero además en este momento eclesial nos comprometen a ser pastores de la Iglesia que quiere dar relevancia a algunos signos discernidos en el proceso sinodal para edificar un valioso y fuerte pequeño rebaño, llamados en estos tiempos a un desafío serio e importante para edificar pequeños rebaños”.

Retomando la inspiración de la carta pastoral para este curso 2023-2024, ‘No temas, pequeño rebaño’, el obispo Luis Ángel quiso recordar en su homilía los “signos discernidos en el proceso sinodal” que sigue en marcha en la Iglesia universal en el conocido como ‘Sínodo de la sinodalidad’ y subrayó “la dignidad común que deriva del bautismo como fundamento del signo la corresponsabilidad en la misión de anunciar a Jesucristo”. También el pastor diocesano hizo hincapié en el “signo de la escucha, escucha del Espíritu, de la Palabra, de los acontecimientos y de todos los hermanos”, el “signo de la humildad, que fundamenta la escucha y la corresponsabilidad, el signo del encuentro y del diálogo entre bautizados consultando a todos, el signo de la acogida sin juicio ni prejuicios, el signo de la liturgia como vehículo de comunión, y finalmente el signo bajo el que debemos vivir en la vida eclesial que es el signo del discernimiento, signos que hemos de cuidar y promover en las comunidades cristianas que se nos han encomendado”.

DOS NUEVOS PRESBÍTEROS

Para concluir su homilía el obispo de León insistió ante todo el presbiterio diocesano en la importancia de acoger y transmitir “todo este espíritu sinodal como ministros ordenados, enviados a anunciar esa buena nueva que hemos conocido y que ha dado sentido a nuestras vidas y a nuestra vocación, parque aunque seamos cada vez menos y más mayores debemos sentirnos presbiterio sostenido por el buen pastor, siempre por Él que nos dice: no temas, pequeño presbiterio de la Diócesis de León”. Y aprovechó esta celebración con presencia de presbíteros y diáconos de toda la Diócesis para anunciar “la acogida y el agradecimiento con la confianza del Señor por los dos nuevos presbíteros que recibirán la ordenación el próximo 21 de abril, Dios mediante, agradecimiento y acogida para crecer en la comunión también. Dejémonos alimentar por el Señor y contribuyamos a fortalecer a los pequeños rebaños que el Señor nos ha encomendado, y así fortalecer también la Iglesia sinodal diocesana en la que todos oramos”.

TRIDUO PASCUAL EN LA CATEDRAL

Una Misa Crismal que en este Miércoles Santo, ha puesto el pórtico a las jornadas centrales del Triduo Pascual que comenzarán mañana jueves día 28 de marzo, Jueves Santo, a partir de las 18:00 horas en la Catedral con la Misa en la Cena del Señor que presidirá el obispo Luis Ángel en la Catedral. Entre las 19:15 y las 22:00 horas se desarrollará en la Capilla del Santísimo el rito de Adoración al Santísimo, en el transcurso del cual, a las 21 horas tendrá lugar la Hora Santa ante el Santísimo.

El viernes día 29 de marzo, Viernes Santo, el obispo Luis Ángel tomará parte a las 11:00 horas en el Oficio de Lectura y Laudes en la Real Colegiata-Basílica de San Isidoro que estará presidiendo el obispo emérito, Julián López, donde a las 9:30 horas se celebrará un Viacrucis solemne. A partir de las 12:00 horas la Capilla del Santísimo de la Catedral acogerá otro Vía Crucis solemne, y desde las 9:00 a las 17:00 horas tendrá lugar la Adoración al Santísimo. Ya por la tarde, a partir de las 17:00 horas en la Catedral, el obispo de León presidirá la Celebración de la Pasión del Señor.

El sábado día 30 de marzo, Sábado Santo, el obispo participará en el Oficio de Lectura y Laudes en la Real Colegiata-Basílica de San Isidoro a las 10:00 horas. Ya por la noche, a partir de las 23:00 horas la Catedral acogerá la celebración de la Vigilia Pascual en la Noche Santa, en el transcurso de la cual cinco personas adultas que han recibido la formación catequética este curso gracias a la labor del Servicio Diocesano para el Catecumenado de Adultos recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana y comenzarán ya como neófitos su vida de fe en sus respectivas comunidades.

Ya el domingo día 31 de marzo, Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, el obispo Luis Ángel presidirá la Misa Estacional e impartirá la bendición apostólica en la Catedral a las 10:30 horas en la celebración que pondrá el broche de cierre al programa especial de estas jornadas del Triduo Pascual, que tendrá un epílogo ese Domingo de Pascua con una eucaristía a partir de las 13:30 horas en la Parroquia de Santa Marina en la que recibirán el bautismo veinte niños en edad escolar que han completado su iniciación cristiana gracias a la labor desarrollada por el Servicio para el Catecumenado de la Diócesis en la parroquia de San Isidro Labrador.