«Celebrar la caridad es celebrar la esperanza»

Queridos hermanos y hermanas:

La fiesta del Corpus Christi, Día de la Caridad, nos invita a mirar con esperanza este Año Jubilar y a ser testigos del amor, la misericordia y la compasión de Dios con cada persona. En cada ser humano que precisa acogida nos visita Cristo vivo, esperanza que no defrauda.

No podemos dejar que nos paralicen las sombras de este mundo, los temores ni las amenazas. Debemos superar el mal que puede surgir en nosotros mismos y en otros, y contrarrestar toda oscuridad siendo fermento de un mundo reconciliado y esperanzado.

Descubrir en cada persona la esperanza puede convertirse en el empeño que nos ayude a sumarnos desde Cáritas de la Diócesis de León a la Campaña de Caridad 2025-2026, bajo el lema “Mientras haya personas, hay esperanza”. Un mensaje de Cáritas que busca contagiar confianza, solidaridad y compromiso en el marco del Jubileo de la Esperanza que convocó el recordado y querido papa Francisco.

Cáritas Diocesana de León nos dice que «necesitamos sembrar esperanza, fortalecer el compromiso socio-caritativo de nuestras comunidades y hacer visible la ternura de Dios que se manifiesta en cada persona que acompaña, escucha y se entrega».

Damos gracias a Dios por los usuarios y los voluntarios —laicos, consagrados, seminaristas, diáconos permanentes y presbíteros—, por los técnicos y trabajadores, por los socios y benefactores. En nuestros hermanos descubrimos que decir Cáritas es decir Esperanza porque el amor de Cristo colma de esperanza.

Los gestos de ternura, el tiempo de acompañamiento y escucha, los abrazos de acogida, las palabras de aliento y confianza, frutos del amor de Cristo, son luces de esperanza que Cáritas enciende en la noche de las muchas personas que tratamos de acoger y de quienes los rodean.

Cada persona que encontramos en los lugares de Cáritas representa un acontecimiento de esperanza que nos revela a Cristo pobre, herido y necesitado. Él es la esperanza que no defrauda en cada uno de nuestros hermanos más pequeños.

Pero, además, donde pensamos que prestamos ayuda y consuelo, que damos razones para esperar y no desesperar, recibimos nosotros un tesoro de esperanza como nunca podríamos haber imaginado.

Hagamos de la fiesta del Corpus, mesa fraterna del amor, el acontecimiento subversivo que nos lleva a identificarnos con el proyecto de vida de Jesús y a formar parte de él dando la vida para que otros tengan vida y una vida abundante. Como dijo Benedicto XVI, que nos hagamos pan partido para la vida del mundo (cf. BENEDICTO XVI, exhortación apostólica postsinodal Sacramentum caritatis, 88).

Celebremos el Día de la Caridad con espíritu generoso y esperanzado. Miremos a Cristo en el rostro de los más frágiles, donde él quiere estar presente, siendo cada uno grano que se deja amasar para hacer juntos el mismo pan, Cuerpo de Cristo, y así celebraremos también la esperanza.

Que la peregrinación de este año jubilar nos lleve a identificar más profundamente el amor con la esperanza a partir de la fiesta del Corpus Christi, Día de la Caridad.

Con mi afecto y bendición.

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León