Queridos hermanos y hermanas:
El papa Francisco ha escogido para el DOMUND de este año el lema «Corazones ardientes, pies en camino» que se inspira en el relato de los discípulos de Emaús, en el Evangelio de Lucas (Lc 24,13-35). El Santo Padre recuerda que los dos de Emaús estaban confundidos y desilusionados, pero el encuentro con Cristo en la Palabra y en el Pan partido les encendió los corazones para ponerse en camino de vuelta hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado. En el pasaje evangélico se relata el cambio de los discípulos con tres verbos: arder, ver y caminar. Arden sus corazones cuando Jesús va explicando las Escrituras. Ven sus ojos al Señor Resucitado. Caminan para anunciar el gozo de la Resurrección del Maestro.
Los verbos evocan movimientos de transformación que el Papa señala como las imágenes sugestivas de los corazones que arden, los ojos abiertos y los pies que se ponen en camino. Son dinamismos que nos ayudan a preparar la celebración del DOMUND 2023 y renovar nuestro compromiso en la evangelización misionera del mundo de hoy, en medio del sufrimiento de las guerras y de tanta violencia, de la injusticia y de la miseria.
La misión ha de estar siempre iluminada por la Palabra de Dios. El Señor Jesús se acerca para caminar a nuestro lado, explicarnos la Palabra sin detenerse en nuestras debilidades y hace “arder” nuestros corazones de forma que superemos las dificultades en el camino de la fe y de la evangelización. Para “arder” hay que ponerse delante de la Palabra y dejar que el Señor nos la explique permaneciendo en contacto con la frescura del Evangelio (cf. GE 46). Es preciso que nos acerquemos a las ascuas encendidas del conocimiento y el sentido de la Escritura para que arda nuestro corazón en el Señor.
La misión ha de nutrirse de la fracción del Pan de Vida. Cuando arde el corazón los ojos se abren para ver al Señor y reconocerle al partir el pan. Los discípulos le han visto hacerlo antes y les resulta familiar. Jesús toma el pan, lo bendice, lo parte y se lo da. En un instante los dos de Emaús rememoran y actualizan el signo eucarístico. Entonces, Jesús desaparece de su vista, pero permanece en el pan tomado, bendecido y partido. No pueden ver al Señor con los ojos humanos, pero sí con la vista de la fe, sintiendo que está en ellos, sobre todo cuando comparten y consumen el Pan de vida. Recordemos que partir y compartir el pan material con el hambriento es un acto misionero. Además, como afirmó Benedicto XVI: «Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera» (Sacramentum caritatis, 84).
La misión nos pone en camino una vez que arde el corazón y ven los ojos de la fe. La alegría del encuentro con Jesús llena la vida (cf. EG 1) y nos mueve a caminar. Es una alegre urgencia evangélica y evangelizadora, como la de María que camina aprisa a la montaña para anunciar la grandeza y el gozo del Señor que lleva en sus entrañas y servir a Isabel. Pongámonos en camino este DOMUND 2023 porque hemos visto al Señor y arde nuestro corazón. Invitemos a otros a tener la experiencia misionera de “arder”, “ver” y “caminar”.
Con mi afecto y bendición.
✠ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León