«Jesús, amigo de la humanidad»
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Estamos uniéndonos al Día Internacional de la Mujer y en la Eucaristía tenemos presentes a todas las mujeres del mundo dando gracias a Dios por todas, singularmente por quienes amáis y lucháis por un mundo más justo e igualitario.
Este recuerdo es una consecuencia de conocer la Buena Nueva de Jesucristo y anunciarla desde el encuentro transformador con él. Cuando uno se encuentra personalmente, cara a cara, con Jesús y se deja conmover, tocar por su misterio de amor y vida, comienza algo nuevo y bueno. Algo que no se puede comparar con nada anterior. Algo que contiene liberación, alegría, seguridad, coraje.
En Jesús encontramos la salvación de Dios. Él es amigo de la humanidad (lo decía el papa san Pablo VI), amigo del ser humano. Defensor de los débiles, esperanza de los desesperanzados. Camina con cada uno y, por su puesto, con cada mujer, y nos invita a caminar juntos.
Lo que se pide en el Día Internacional de la Mujer, está contenido en el sencillo y laborioso proyecto de Jesús, que es construir un mundo mejor, un mundo más humano y, por tanto, más justo, más digno, más feliz, más esperanzado.
Volvamos de este modo los ojos al Señor, como dice el profeta Oseas, puesto que en él está la salvación y viene como lluvia suave de primavera que empapa la tierra. Él que solo pide de nosotros un corazón misericordioso, lento a la cólera y rico en clemencia.
Un corazón humilde, lejos de la presunción, el engreimiento y el desprecio del hermano, como el fariseo del Evangelio y más parecido al del publicano que, con humildad sincera, reconoce su culpa y pide perdón.
La misericordia es Buena Noticia y la Buena Noticia es Jesús mismo, rostro de la misericordia del Padre para quien le reconoce y recibe.
Pidamos al Señor en esta Eucaristía que nos conceda una mirada misericordiosa, un corazón valiente y una disposición para colaborar en su proyecto de salvación, buscando la justicia y la igualdad que Dios quiere para todos los hombres y mujeres en todo el mundo.
Amén.