Clausura Centenario Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Queridas hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús, queridos hermanos sacerdotes, hermanos y hermanas. Continuamos dando gracias a Dios por Madre Asunción Soler, por vuestra congregación de Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús y por vuestra familia carismática.
La clausura de la celebración de este año del centenario recoge e impulsa hacia el futuro los motivos para dar gracias a Dios por este caminar juntas con la Iglesia que se ve enriquecida por vuestro precioso carisma. El 13 de mayo de 2023 nos reuníamos aquí mismo para dar comienzo a este año de gracia con esa intención, que espero se esté cumpliendo y continúe.
Los sacerdotes, laicos y personas consagradas de la Agrupación Parroquial San José os quieren y acompañan en vuestro camino. Así como todos los sacerdotes que os han conocido en vuestro servicio en los seminarios, como Madre Asunción os invitó a hacer.
El agradecimiento es, en primer lugar, a Dios que ha iluminado a Madre Asunción con el don de la contemplación profética que lleva al compromiso con los más pobres desde la inspiración de la Virgen María y el profeta Elías.
Dios, que ama lo pequeño y a los pequeños, que elige lo débil para confundir a los poderosos, os ha elegido a vosotras, con vuestra entrega misionera, para mostrar en lo que no cuenta o es despreciable para este mundo, lo que cuenta y es apreciado por el Padre de la misericordia.
En la fiesta de san Matías, apóstol, recordamos que no somos nosotros los que hemos elegido al Señor, sino que ha sido Él quien nos ha elegido. Por eso damos gracias a Dios por cuantas personas ha llamado a participar en la obra iniciada por Madre Asunción Soler y continuada por las Carmelitas del Sagrado Corazón, vuestra familia carismática, el laicado carmelita Madre Asunción, sacerdotes cercanos, amigos y bienhechores.
En el desarrollo de vuestra congregación y misión habéis procurado hacer vida el mandato de Jesús: amaos unos a otros como yo os he amado, que recuerda el texto evangélico de hoy (cf. Jn 15,9-17). Y os habéis entregado como Él con el amor más grande que posee y entrega quien da la vida por sus amigos.
De esta manera, hermanas, habéis permanecido en el amor del Señor y habéis dado testimonio de lo necesario que es mantenerse en su amor, unidas con Él y entre vosotras como los sarmientos a la vid.
Este ha sido un año de gracia en medio de nuestro mundo incierto, porque nosotros hemos recibido la esperanza que no defrauda, como proclama el papa Francisco en la Bula de convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025.
El Señor que ya no nos llama siervos, sino amigos, porque nos ha dado a conocer lo que el Padre le ha comunicado, nos envía también a nosotros a llamar amigos a los más débiles y pequeños de este mundo como Madre Soler os enseñó siguiendo los pasos de Jesús y el amor de su corazón.
Encomendamos al Sagrado Corazón de Jesús vuestra Congregación en esta clausura del año de vuestro Centenario, confiando en la palabra del Señor que nos ha destinado a dar fruto para que ese fruto dure con el mandato transcendente del amor mutuo, fraterno, samaritano y evangelizador. Así será la entrega y el servicio para dar gloria a Dios, que es hacer su voluntad.
Que permanezcáis en el amor de Dios, junto a los miembros laicos de vuestra familia. Que continuéis dispuestas a seguir dándole Gloria y hagáis presente el mandato del amor para que el rostro de Dios se haga visible en el anuncio de Cristo a un mundo que tiene sed de Él, como dijo Madre Asunción.
¡Feliz centenario hasta la eternidad! Que así sea.