70 años de camino discipular y sacerdotal
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Queridas hermanas Discípulas de Jesús, queridos hermanos sacerdotes. Hoy damos gracias a Dios por el don del beato Pedro Ruiz de los Paños, mártir, y por vuestra congregación de Discípulas de Jesús, particularmente en la atención a los sacerdotes de la diócesis de León que hoy celebra la memoria de sus santos y de los que se conservan reliquias en León. Son muchos los motivos para dar gracias a Dios por este caminar juntos con vuestro carisma en la Iglesia acompañando a los sacerdotes.
El agradecimiento es, en primer lugar, a Dios que inspiró a vuestro beato fundador la convicción de que el trabajo por las vocaciones sacerdotales es el apostolado más nuclear en la Iglesia. Su ideal sacerdotal lo configuraba su celo por la gloria de Dios, el amor ardiente y entrañable a Jesucristo y la entrega incansable por la salvación de todos, junto a su ofrenda martirial, puesto que anhelaba “ser pulverizado por Cristo y, así, cantar la gloria de Dios”. Fruto de su ideal sacerdotal, tan brevemente resumido, pero de tan largo alcance, es vuestra fundación de Discípulas de Jesús.
Una obra que, además de otras formas de describirla, facilita que entre vosotras y con los sacerdotes que acompañáis, tengáis los sentimientos propios de Cristo Jesús, como dice la carta a los Filipenses que hemos escuchado.
Así vuestra historia es historia de salvación para vosotras y tantos sacerdotes en León durante estos 70 años, en la calle Carrera y en esta Casa que fue fundada con espíritu apostólico sacerdotal llamado a ser audaz, tal y como nos recuerda el texto del evangelio de Lucas que hemos proclamado, cuando los invitados ponen excusas para asistir al banquete y el criado es enviado por el amo a traer pobres, lisiados, ciegos y cojos y vuelve a enviarle a los caminos hasta llenar la casa de convidados.
Vuestra misión, queridas hermanas tiene el coraje y el valor de cuidar a los hermanos sacerdotes para que respondan a la llamada del Señor y salgan a los caminos existenciales para convocar a todos los que sientan la necesidad de dar sentido a su vida, sobre todo si la tienen rota; a quienes buscan al Señor Jesús, lo sepan o no, y les muestren que ofrece un banquete de plenitud, amor, esperanza y vida abundante y eterna.
Que vuestro carisma y misión de Discípulas de Jesús siga contribuyendo a este significativo y rico camino discipular y sacerdotal del que hacemos memoria agradecida, a cuyo presente miramos con amor y a su futuro con esperanza junto a vosotras y a los sacerdotes de León en esta bendita casa sacerdotal, en vuestra congregación, en la diócesis y en la Iglesia universal.
¡Felices 70 y más! Demos gloria a Dios. Que así sea.