2022 – Domingo de Ramos

“La Pasión en la hora de todos”

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León

En esta hora de todos, en este camino sinodal y de necesidad de unidad y concordia universales, en medio de la muerte y el dolor que rompen la humanidad, recordamos y celebramos la Pasión de Jesús. Reconocemos como pueblo del Camino —no cada uno pensando en sí mismo— al Hijo de David que viene en nombre del Señor, como hemos expresado en la procesión tras la bendición de los ramos. Queremos caminar juntos, pensando en los demás, sobre todo en los que más sufren, en la celebración de esta Semana Santa para llegar al Misterio Pascual.

El relato de la pasión de Jesús según Lucas nos invita a caminar con conciencia de discípulos que siguen con un solo corazón al Maestro cuando ofrece su vida. El evangelista subraya cómo realiza Jesús su entrega de un modo particularmente personal y afectuoso. Algo bien manifiesto en el cenáculo, pero también en el amor a los pecadores y débiles hasta el momento de la muerte en cruz.

Lucas recuerda expresamente que los apóstoles participan en el banquete de la Última Cena en cuanto grupo de los doce. No están presentes cada uno por su cuenta, sino como elegidos por el Señor y enviados juntos a la misión. Y aunque lo que escuchan y reciben se les da personalmente, no es para ellos mismos, sino para que lo comuniquen en cuanto mensajeros y testigos.

En la Mesa de la Cena Pascual se participa voluntariamente, sin ninguna obligación, como hace Jesús, que desea ardientemente comer esa Pascua con sus discípulos y realizar la obra de entrega y nueva Alianza de la manera más cercana posible. Un mensaje que llegará a una multitud a través de los apóstoles, a quienes Jesús recuerda que han perseverado con Él y por eso les hace partícipes de su gloria, recordando que los tropiezos de la fe estarán siempre ahí, pero siempre recibirán fortaleza.

La Pasión revela el infinito amor de Jesús por la humanidad. Un amor que recorre el camino hacia la cruz y que está lejos de responder con espada a los perseguidores. Un amor que no reprocha su traición a quien, después de haberle confiado tanto, le niega hasta tres veces. Un amor que perdona a los enemigos y le lleva a orar por ellos. Para Jesús nadie queda excluido de la oferta de la salvación, como le demuestra al buen ladrón.

La Pasión en el evangelio de Lucas está llena de encuentros en los que Jesús se dirige a cada uno con amor e intercede por la salvación y el perdón de todos sin desmayo. Acojamos el poder de pedir perdón y perdonar.

La Pasión se nos ofrece a todos, para que descubramos de verdad cómo el amor y el perdón de Cristo transforman la humanidad tal y como necesitamos.