Liturgia Dominical – LA SALVACIÓN: DON PARA TODOS

Florentino Alonso Alonso – (Diario de León, 19-VIII-2023)

El episodio evangélico de la mujer cananea demuestra que la salvación ofrecida por Cristo no alcanza únicamente al pueblo de Israel, sino que está destinada a todos los hombres sin excepción. La fe de esta mujer, que surge valiente ante el aparente silencio de Jesús y sus duras palabras iniciales, representa la esperanza de la Iglesia nacida de la gentilidad, que no presume de ningún derecho o mérito para acceder a la gracia de Cristo, pero que confía y espera (Mt 15,21-28). Se cumplen así las palabras de Isaías que anuncian la salvación a los pueblos gentiles que han podido entrar en la casa del Señor, la descendencia de Abrahán (Is 56,1.6-7).

La alabanza de la fe de la cananea comprende también un terrible reproche de Jesús al pueblo de Israel. La Iglesia apostólica tuvo que volverse hacia los paganos, viendo cómo éstos accedían a la fe. No obstante, los dones y la llamada de Dios son irrevocables, lo que quiere decir que Dios no se ha vuelto atrás en el amor a ese pueblo que será reintegrado un día a la vida y a la misericordia. Pablo constata cómo la situación antigua ha dado la vuelta. Antes, los paganos eran considerados pecadores y enemigos de Dios y los judíos eran su pueblo. Ahora, los judíos se han vuelto desobedientes y los paganos han escogido la misericordia de Dios. En realidad, todo ello es motivo de esperanza, porque si los paganos, que antes habían desobedecido a Dios, han obtenido su misericordia, también los judíos, que ahora le desobedecen, podrán recibirla en el futuro (cf. Rom 11,13-15.29-32). En definitiva, la salvación de todos –judíos y paganos- será obra de la misericordia divina. Así, la Iglesia es “católica”, abierta a todos, judíos o gentiles. Si «Dios nos encerró a todos en desobediencia fue para tener misericordia de todos»: del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Por eso la Iglesia busca, por su testimonio, Palabra y Sacramentos, que todos los pueblos alaben a Dios y conozcan su salvación; desea que amen a Dios hasta los confines del orbe.