Liturgia Dominical – EL MENSAJE DE LA TRANSFIGURACIÓN

Florentino Alonso Alonso – (Diario de León, 5-III-2023)

El evangelio de la transfiguración (Mt 17,1-9) de este domingo es muy iluminador. Jesús, tras el fulgurante éxito originado por su predicación y milagros, se muestra realista y hace ver a los discípulos que el éxito es sólo una cara de la moneda de la vida; que también hay una cruz. Que será perseguido, torturado y llevado a la muerte. Pedro le recrimina esas palabras y Jesús le reprende dejándole claro que ser discípulo lleva consigo sacrificios y la misma muerte. Tal vez debido al desánimo que generaron esas palabras en los suyos, Jesús sube con Pedro, Santiago y Juan a un monte alto y allí pueden disfrutar de la experiencia de la transfiguración. Es una experiencia de luz y amor, una experiencia mística que los discípulos desearían que se prolongara eternamente. El monte de la transfiguración es el contrapunto al monte Calvario, aunque, de hecho, ambos forman parte de la misma realidad que es la Pascua. Después viene la salida del éxtasis, el descenso de la montaña y la vuelta a la realidad de uno mismo; el regreso a la vida en lo que tiene de oscuridad, de lucha y de sufrimiento. El gozo de la oración fortalece para el camino de la cruz, camino de Jerusalén, donde el Hijo del Hombre va a ser crucificado y resucitará. Los discípulos aprendieron en el monte que, paradójicamente, por el sacrificio de la propia vida se entra en comunión con la vida de Dios. Lo vivido en la transfiguración de Jesús es un adelanto de lo que está por venir si cada cual da muerte en sí mismo a todo lo que no es Dios. Con su transfiguración, Jesús nos mostró la gloria que le estaba reservada a Él y a cuantos imitan su ejemplo. Cada día debes mirar a Jesús; «¡escuchadlo!», dice el Padre. Contémplalo glorioso en tu oración personal y comunitaria y experiméntalo crucificado en tus propios dolores y en los del mundo. No tengas miedo a entrar en la dinámica de Dios y no te avergüences de ser seguidor de tal Maestro. Su rostro transfigurado te anticipa el destino de salvación que te espera si eres fiel.