Cada día su afán – EL BUEN CAMINO

D. José-Román Flecha Andrés – (Diario de León, 07/09/2024)

La imagen del camino ha sido muy significativa para todas las culturas. En el libro de los Proverbios aparece con frecuencia como símbolo y aviso para caminantes. He aquí algunos ejemplos:

1.“No tomes el camino de los malvados, no vayas por el sendero de los malos. Evítalos, apártate de ellos; anda por otro camino y pasa lejos” (Prov 4,14-15).

El libro del Deuteronomio proponía al pueblo de Israel el camino del bien y de la vida frente al camino del mal y de la muerte (Dt 30,15). Y el primero de los salmos proclamaba dichoso al que no sigue el camino de los pecadores (Sal 1,1).

En la misma línea se sitúa este consejo del libro de los Proverbios. Es una advertencia que nace de la experiencia y de la sabiduría de los mayores.

No demuestra ser muy inteligente quien toma el camino de los malvados. En un primer momento parece que ofrece satisfacciones. Pero nunca conducirá a la persona a la felicidad. Es sabio quien se propone evitar el camino del mal. El bien es la mejor recompensa para quien lo busca.

2.“El camino de los justos es como la luz de la aurora, cuyo brillo va creciendo hasta el mediodía. Pero el camino de los malvados es solo oscuridad; no saben cómo será su caída” (Prov 4,18-19).

La imagen usada por este proverbio bíblico afirma que los justos caminan en la luz y son una guía fiable para los demás. Pero los malvados caminan en las tinieblas, caen en el abismo y arrastran a otros en su caída.

Según el libro de Isaías, la luz surge cuando la persona decide compartir su pan con el hambriento, abrir su casa a los pobres, vestir al desnudo y no volver la espalda al hermano necesitado (Is 58,7-8).

  1. “Tantea primero el suelo bajo tus pies, para que tu andar sea seguro” (Prov 4,26).

Con la dramática imagen de las arenas movedizas se refleja la situación de la persona que no se ha preocupado de conocer la situación social en la que ha llegado a implicarse.

Este proverbio bíblico es una llamada a la virtud de la prudencia. Nos exhorta a mirar dónde ponemos los pies. Y nos invita a evaluar los riesgos de nuestras decisiones.

La discreción nos ayudará a evitar que nos sorprenda una desgracia que habríamos podido evitar. Necesitamos la prudencia para calcular nuestras fuerzas antes de emprender un camino.

4.“No te desvíes a derecha ni a izquierda, y aparta tus pasos de la maldad” (Prov 4,27). A la advertencia negativa con la que se abre este proverbio sigue una exhortación positiva que da la razón de lo anterior. El caminante ha de evitar las tentaciones que se le presentan, si pretende llegar a la meta que se ha propuesto.

Pero eso hacen también los malhechores. No se distraen mientras están obsesionados por alcanzar sus objetivos. Cuando la meta es perversa, más vale mirar alguna vez a la derecha y a la izquierda