Rvdo. D. José Román Flecha Andrés
No sé si las estrellas
jamás han encontrado
un campo tan cercano
para encender la chispa
de nuevas esperanzas.
Belén es la certeza,
la calma, la experiencia
de un mundo renovado
donde las inquietudes
se tornan confianza.
Pero Belén es siempre
la tierra donde mueren
las mil seguridades
del hombre poderoso
que olvida a los sencillos.
No sé si las estrellas
jamás han señalado
un tiempo tan propicio
para encontrar la senda
que lleva hasta la vida.
Belén es el encuentro
con la razón profunda
que descubre a los hombres
la imagen de sí mismos,
la luz para el camino.
Pero Belén es siempre
la tierra del rechazo
donde los hombres niegan
la luz y la armonía
que guía y nos libera.
No sé si las estrellas
jamás han orientado
al hombre desvalido
a un mundo tan cercano
y tan lejano a un tiempo.
Porque en Belén un día,
la tierra se hizo tienda,
la voz se hizo silencio
la promesa, presencia,
y el hombre se hizo hombre.
Pero a Belén no llega
quien no acepta el milagro
de descubrir que es grande
la pequeñez desnuda
que amenaza a los fuertes.