Cada día con su afán – SOBRE EL PAPEL DE LOS LAICOS

José Román Flecha Andrés  (Diario de León, 25-II-2023)

El sábado, 19 de febrero de este año 2023, el papa Francisco dirigió un interesante discurso a los participantes en un congreso organizado
por el Dicasterio para los laicos, la familia y la vida, sobre la llamada a caminar juntos, con el espíritu de la sinodalidad. Merece la pena subrayar algunas ideas.

  1. El camino que Dios está indicando a la Iglesia es precisamente el de vivir de manera más intensa y concreta la comunión, y caminar juntos.
  2. Todavía queda mucho camino por recorrer para que la Iglesia viva como un cuerpo, como verdadero Pueblo, unido por la única fe en Cristo Salvador, animado por el mismo Espíritu santificador y orientado a la misma misión de anunciar el amor misericordioso de Dios Padre.
  3. Un Pueblo unido en la misión. La sinodalidad encuentra su origen y su fin último en la misión, nace de la misión y está orientada a la misión.
  4. La formación de los laicos es indispensable para vivir la corresponsabilidad. La formación tiene que orientarse a la misión; no solamente a las teorías, de otro modo se cae en las ideologías.
  5. ¡El apostolado de los laicos es sobre todo testimonio! Testimonio de la propia experiencia, de la propia historia, testimonio de la oración, testimonio del servicio a quienes pasan necesidad, testimonio de la cercanía a los pobres, cercanía a las personas solas, testimonio de la acogida, sobre todo por parte de las familias.
  6. La exigencia de valorar a los laicos no depende de ninguna novedad teológica, ni tampoco de requerimientos funcionales por la disminución de sacerdotes; mucho menos nace de reivindicaciones de categoría, para conceder una “revancha” a quienes fueron dejados de lado en el pasado. Se basa más bien en una correcta visión de la Iglesia, la Iglesia como Pueblo de Dios.
  7. El laico, más que como “no clérigo” o “no religioso”, se considera como bautizado, como miembro del Pueblo santo de Dios, que es el sacramento que abre todas las puertas.
  8. El Documento de Puebla usó una expresión feliz para decir esto: los laicos son hombres y mujeres «de Iglesia en el corazón del mundo» y hombres y mujeres «del mundo en el corazón de la Iglesia». 
  9. Los laicos, y sobre todo las mujeres, han de ser más valorados en sus competencias y en sus dones humanos y espirituales para la vida de las parroquias y de las diócesis. Pueden realizar el anuncio del Evangelio con su lenguaje cotidiano, comprometiéndose en diversas formas de predicación.
  10. El Papa afirma que el clericalismo hay que echarlo fuera. Es una enfermedad que se contagia; peor aún que un cura o un obispo caídos en el clericalismo son los laicos clericalizados. Por favor, son una peste en la Iglesia. Que el laico sea laico.