Queridos hermanos y hermanas:
El próximo 7 de octubre celebraremos la coronación canónica diocesana de la imagen de Nuestra Señora del Mercado, Antigua del Camino. Desde hace meses venimos preparando este acto con iniciativas que expresan el cariño y la devoción de los leoneses a la imagen de la Virgen de los Dolores bajo la advocación del Mercado.
Con este fin se ha restaurado el manto, regalo de Isabel II, y la corona del siglo XVIII, a la que se han añadido joyas y metales preciosos donados por personas muy generosas. Además, estamos disfrutando de actos culturales y religiosos en torno al acontecimiento y, por supuesto, podemos colaborar en una obra social que hace brillar la fe de los cristianos de León con piedras preciosas de misericordia a favor de personas necesitadas, predilectas de Dios y de la Virgen María.
Esta celebración es un hito en un camino multisecular de fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que se enriquece en la medida en que acogemos como hijos a la Madre de Dios y la amamos y tratamos tal y como Jesús nos la entrega desde la Cruz: «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,27). El 7 de octubre nosotros vamos a mirar a la Virgen del Mercado y podremos decirle, unidos a los miles de cristianos que durante tantos siglos han rezado, llorado y se han alegrado ante esta imagen: «Virgen del Mercado, Madre nuestra, ruega y da gracias por nosotros a Dios».
Contemplando la imagen de Nuestra Señora del Mercado, nos sentimos comprendidos en nuestros dolores y anhelos, al mismo tiempo que vislumbramos la maternidad de un Corazón que, aun traspasado por una espada de dolor, trae la alegría de la salvación al mundo. Bendita paradoja de amor. San Juan Pablo II afirma en su encíclica Redemptoris Mater que esta “nueva maternidad de María” es fruto del “nuevo” amor que maduró en ella junto a la Cruz, por medio de la participación en el amor redentor del Hijo (cf. RM 23).
La novedad de la maternidad de María, fundada en su participación en el amor redentor de Cristo, nos lleva a confiar en que, «con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María» (EG 284) y es un regalo para nosotros. Muchas veces decimos “a Jesús por María”, pero también Cristo nos lleva a María, «porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio» (EG 285).
Contemplemos, recemos y caminemos serenos y esperanzados con la Virgen María de los Dolores, Nuestra Señora del Mercado, Madre nuestra. Que la coronación de su imagen sirva de estímulo para vivir nuestra fe cristiana dando testimonio de ser hijos amados de Dios y de la Virgen María, hermanos bien queridos en el Cristo vivo y glorioso que ella nos muestra en su regazo.
Con mi afecto y bendición.
✠ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León