«Semana Santa de esperanza»

Queridos hermanos y hermanas:

La Semana Santa de 2025 llega bajo el signo de la esperanza. Del mismo modo, como nos ha invitado el papa Francisco en su mensaje cuaresmal, hemos caminado juntos durante la Cuaresma como «peregrinos de esperanza».

El Santo Padre —de cuya progresiva mejora de salud nos alegramos y seguimos orando por él en su convalecencia— nos ha recordado el viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida como «el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel» (Papa Francisco, Mensaje para la Cuaresma 2025).

Francisco, al rememorar el éxodo bíblico nos hace pensar en tantos hermanos nuestros que huyen de situaciones de miseria, esclavitud, violencia, indignidad, buscando una vida mejor. Al mismo tiempo nos invita a reconocer nuestra condición de peregrinos con necesidad de liberación. Lo descubrimos guiados por Jesucristo, esperanza que no defrauda, con su pasión, muerte y resurrección.

Así estamos convocados a preparar y vivir la Semana Santa este Año Jubilar. Concluyamos la Cuaresma como un tiempo esperanzado que da paso a una Semana Santa igualmente de esperanza, mostrada fiel y singularmente en las imágenes de la madre de Dios que experimenta el triunfo de su Hijo en la Resurrección sin dejar de pasar por el dolor desde el Huerto de los Olivos hasta el Monte Calvario.

Esperanzados hacemos nuestro el sufrimiento de la guerra, de las víctimas de la violencia, de la muerte de tantos inocentes e indefensos, de la trata de personas, de las enfermedades, de las soledades no deseadas, de las penurias económicas, de los enfrentamientos y divisiones, de la falta de fe, amor y esperanza. En medio de tanta aflicción, seguimos al Nazareno buscando el amanecer de la Pascua.

Sembremos lo que resta del camino cuaresmal con semillas de esperanza hasta que el Viernes de Dolores Nuestra Virgen del Mercado ponga en la calle la Semana Santa de León con sus imágenes, braceros, papones, foráneos, prestes y autoridades, igual que en otras muchas localidades de la diócesis.

Asistamos con profundo sentido de fe a las celebraciones litúrgicas que nos acercan a los admirables misterios de Dios recorriendo los pasos de Jesús desde la entrada triunfal en Jerusalén hasta la resurrección. Participemos con gozo y esperanza en la Cena del Señor, en la Celebración de la Pasión, en la Vigilia Pascual, madre de todas las vigilias, en la Misa de Pascua de Resurrección, explosión de alegría esperanzada.

Y, como anuncio pascual, esparzamos simiente de acercamiento y entendimiento, de escucha y soluciones conjuntas, de sinodalidad. Semillas que nos hagan avanzar como Iglesia que peregrina en la diócesis de León y da testimonio de fe en Cristo muerto en la cruz de los hombres y resucitado en la gloria del Padre, con el corazón lleno de emoción por el verdadero y más puro amor y la única y auténtica esperanza.

Con mi afecto y bendición.

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León