D. Florentino Alonso Alonso – (Diario de León, 21/09/2024)
Proseguimos en la temática del domingo anterior: el anuncio que hace Jesús de su pasión, muerte y resurrección. Continuamos profundizando en la entrega mesiánica de Jesús y en las claves esenciales para comprender su seguimiento. En este sentido, el libro de la Sabiduría habla de lo que tiene que sufrir el justo por parte de los impíos, aunque el Señor cuide de él y lo libre (cf. Sab 2,12.17-20). Es decir, la pasión, muerte y resurrección de Cristo (y de todo cristiano) están contenidas y anunciadas en el Antiguo Testamento. Sin embargo advierte el evangelista Marcos- los discípulos de Jesús no comprenden el sentido de sus palabras e incluso tienen miedo a preguntarle, pues no están en la misma sintonía que su Maestro. Además, discuten sobre quién de ellos tiene que ser el primero. Están fuera de lugar, ven con ojos humanos la realidad del Reino de Dios y de su plan salvífico. Y Cristo les deja claro que su Reino no es como los de este mundo y que «quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidos de todos» (cf. Mc 9,30-37). Esta es la actitud a observar en la nueva realidad del Reino: la Iglesia. En la misma línea, Santiago advierte que donde hay envidias y peleas, hay desorden y toda clase de males (cf. Sant 3,16-4,3). Allí no está la Sabiduría (Cristo) que viene de arriba, sino el egoísmo y el amor propio que tantos problemas crean en todas las sociedades.
Jesús nos enseña que el trabajo por el Reino de Dios y la transformación de este mundo no se consiguen desde la ambición del poder, sino desde la pequeñez del servicio en debilidad que, en el fondo, supone aceptar la actitud de Jesús que ha sido el primero en convertirse en el último de todos y en el servidor de todos. Así pues, la Iglesia está llamada, como Jesús, a ser servidora de los hombres, especialmente de los más débiles. Es ésta una misión gozosa que se verá ampliamente compensada porque acoger a los pobres y pequeños es acoger a Cristo y acoger a Cristo es acoger al Padre que lo ha enviado.