Florentino Alonso Alonso – (Diario de León, 21-X-2023)
Domingo mundial de la propagación de la fe, día de las misiones. Nos imaginamos a sacerdotes, religiosos y religiosas que se van a países lejanos a dar a conocer a Jesús. Partimos de un presupuesto que cada día se muestra más falso: nosotros, que tenemos el Evangelio, se lo transmitimos a quienes no lo tienen. La misión no es transmitir doctrinas, usos y costumbres religioso-sociales; es otra cosa. Ser misionero supone, primeramente, gozar de una experiencia de Dios, un encuentro con la persona de Jesús como Evangelio vivo, como buena noticia gozada. Esa fue la experiencia de los discípulos de Emaús a los que hace referencia el lema del DOMUND de este año: Corazón ardiente, pies en camino. Corazón ardiente: la experiencia de Dios como llama de amor viva es ya de por sí evangelizadora. No se enciende una lámpara «sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa». Esa luz es esencialmente misionera, pone los pies en camino. Esta jornada quiere que nos concienciemos de la necesidad de seguir impregnándolo todo con el olor del Evangelio. Podemos decir que la vida misionera, como la moneda que presentan a Jesús en el evangelio de hoy (Mt 22,15-21), tiene dos caras, la de la experiencia de Dios (pagadle a Dios lo que es de Dios) y la de su repercusión en el mundo (y al César lo que es del César). Deberíamos tomar conciencia de que para ser misionero se requiere en primer lugar ser misioneros de nosotros mismos, dándole a Dios la confianza y el culto que se merece, dejando que emerja en nuestra vida. Y considerar la verdad de que al dar al César (mundo) lo suyo, que son la justicia y la paz propias de su vocación divina, le damos también a Dios lo que le corresponde. Al fin y al cabo todo es de Dios y para Dios. Ahí, en los quehaceres diarios, puedes pagar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Cultiva tu espíritu y da a todos lo mejor de ti mismo sabiendo que al hacerlo también estás dando a Dios el culto que se merece. Corazón ardiente, pies en camino. Jornada misionera de la Iglesia, DOMUND.