- La basílica de San Isidoro acoge la celebración de la patrona del mundo penitenciario como una iniciativa de la Iglesia de León para, como aseguró el obispo Luis Ángel, animar al “compromiso con esta realidad de la prisión”
El equipo de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis ha participado esta mañana en los actos institucionales de celebración de la fiesta de Ntra. Sra. de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias, que han comenzado con la eucaristía que presidía esta mañana en la Basílica de San Isidoro el obispo de León, el padre Luis Ángel de las Heras. Una celebración a la que acudía el subdelegado del Gobierno, Faustino Sánchez y la directora del centro penitenciario de Mansilla de las Mulas, Henar García, encabezando la representación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y todo el equipo de profesionales encargado del trabajo en el día a día del centro.
‘CAMINO DE RESTAURACIÓN’
El obispo de León, tras referirse a la circunstancia de celebración de la esta fiesta de la Merced en el día de la memoria litúrgica de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, ha asegurado el comienzo de su homilía que “en el centro penitenciario hace falta Nuestra Señora de la Merced y muchos ángeles con todos los que allí trabajáis” desde la “perspectiva de la misión de acompañar a quienes se han visto privados de la libertad, porque todas la tareas que hoy recordamos, reconocemos y agradecemos aquí, y que toda la sociedad también reconoce, que desarrolláis en el centro penitenciario son una contribución al camino de restauración de quienes han roto sus propias vidas, y en ocasiones dramáticas también han destruido vidas ajenas”. El pastor diocesano hizo especial hincapié en la “balsa de consuelo y esperanza de la misericordia de Dios, que nos ofrece la imagen de la Merced como cooperadora de la obra redentora de Cristo Jesús”, con referencia “a la fuerza sanadora del Señor que encierra todo proceso de liberación, y en la prisión hay que hacer procesos de sanación para adquirir esa liberación, esa libertad, que es de la personas y del espíritu”.
REALIDAD VISIBLE Y PRESENTE EN LA SOCIEDAD
El obispo Luis Ángel coincidió con el objetivo de trabajar para que “la realidad de la prisión esté y sea visible en esta sociedad en la que vivimos”, expresado por la directora de centro penitenciario de Mansilla de las Mulas, Henar García, “y por eso lo celebramos hoy en San Isidoro, una realidad con la que debemos estar todos comprometidos, con todas las consecuencias, como lo está Cáritas, como lo estáis los voluntarios, los funcionarios, los trabajadores, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la Justicia, todos colaborando con esta realidad de nuestra sociedad que necesita acompañamiento, sanación y liberación”.
Al concluir su homilía el obispo Luis Ángel expresó su deseo de “que todos os podáis sentir apoyados y acompañados por la Virgen María de la Merced, imagen de la liberación de Dios, de su misericordia, y por los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, porque actúan a favor de la vida y la esperanza” y recordó “la Iglesia que peregrina en León está a vuestro lado, compartiendo la fe de la buena noticia de Jesucristo que es liberación de toda esclavitud para todos los seres humanos del mundo entero, y que Dios puede hacer de la prisión y de todos los que están relacionados con ella en León un lugar de esperanza por encima de cualquier desesperanza. Nuestra Señora de la Merced es hoy y siempre esperanza nuestra”.
PASTORAL PENITENCIARIA: CERCANÍA Y ACOMPAÑAMIENTO
Un mensaje del pastor diocesano en esta celebración de la Fiesta de la Merced que desde la basílica de San Isidoro alentó hoy la actividad que coordina el equipo de dos capellanes del Área de Pastoral Penitenciaria, donde resalta la implicación de las un grupo de veinte personas que integran el equipo de voluntarios, que acuden a diario al Centro de Villahierro para visitar a los internos en los distintos módulos. La cercanía, el acompañamiento y la escucha marcan esta acción pastoral que en algunas ocasiones da paso al rezo y a la lectura de textos bíblicos. Y junto a esa presencia en los módulos de Villahierro, los voluntarios de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis participan una vez al mes en sesiones de formación que se celebran cada primer jueves para compartir experiencias, rezar y profundizar en su formación cristiana y que durante las restricciones impuestas por la situación de la pandemia se realizaron de manera puntual por medios telemáticos.
Junto a este grupo de voluntarios, dos capellanes se encargan de apoyar y atender el servicio pastoral en el Centro de Villahierro. Además de coordinar la labor de los voluntarios y animar su trabajo pastoral, estos dos capellanes presiden la celebraciones eucarísticas semanales que tienen lugar en las instalaciones penitencias, cada sábado a las 17,00 horas para los internos de los cinco módulos de respeto, con una asistencia que supera las cien personas, y a las 18,00 horas para los internos de los seis módulos ordinarios, con una presencia estable de ese grupo de veinte personas voluntarias.
Esta presencia eclesial en el Centro Penitenciario de Mansilla de las Mulas se completa con el programa de ‘Medio Penitenciario’ que desarrolla Cáritas Diocesana a partir del “acompañamiento a personas reclusas y ex reclusas que por dificultades personales se encuentran en situación de especial vulnerabilidad” de manera que “dentro del centro penitenciario de Villahierro se realizan atenciones y orientaciones individuales y se imparten talleres dirigidos a la población reclusa (Preparación de primeros permisos, Orientación laboral, Habilidades sociales, Desarrollo personal y cerámica, Iniciación al teatro)”. También Cáritas Diocesana mantiene actividades fueran del centro penitenciario con la actividad de “permisos ordinarios de cuatro días de duración que se disfrutan en una casa de acogida de Cáritas, con planificación individualizada, además de un servicio de mediación entre familiares e internos para el envío de paquetes al centro penitenciario. El año pasado, desde este programa de ‘Medio Penitenciario’, en el que están implicados 33 voluntarios, Cáritas Diocesana realizó 1.995 intervenciones, con atención a 197 personas y con la gestión de 133 permisos disfrutados, 38 hombres y 4 mujeres.