Queridos hermanos y hermanas:
Después de celebrar un gozoso Pentecostés sinodal y concluir el mes de mayo con la oración mariana por la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, llega el Día de Caridad en la festividad del Corpus Christi el próximo 11 de junio.
El papa Francisco ha escrito unas páginas con el título “Caminar en la caridad” en las que nos ofrece doce gestos para poner en práctica la caridad como peregrinos tocados por el amor de Dios que desean experimentar y transmitir el amor fraterno.
Los días señalados y las campañas sobre diversos temas de compromiso nos ayudan a tomar conciencia de muchas realidades que de otra forma podrían pasar desapercibidas, así como de las actitudes cristianas justas y necesarias ante tales situaciones humanas. En los evangelios descubrimos al Señor Jesús caminando en el amor y la misericordia del Padre cerca de los novios sin vino en el banquete, los lisiados, los ciegos, los sordos, los endemoniados, los pecadores… Camina en la caridad con ellos y para ellos. En consecuencia, los discípulos misioneros de Jesús estamos llamados a caminar en la caridad como el Maestro y a tocar las llagas de tantos hermanos nuestros, que son las llagas de Cristo, descubriendo allí nuestra común vulnerabilidad.
Caminar en la caridad es un modo de ser y obrar comunitario, sinodal, fraterno, samaritano, que hace que uno se alegre de que el prójimo se cure y crezca. Por el contrario, se sufre cuando la otra persona está sola, enferma, marginada… Caminar en la caridad nos lleva al espacio de la comunión fraterna.
La caridad da sentido a la vida cristiana, multiplica los dones, como los cinco panes y los dos peces, preparando un banquete con alimento de sobra para quienes participan en él hambrientos y agradecidos. Un banquete en el que se comparte lo que cada uno tiene, transformándolo en vida y dicha que no se terminan nunca, sobre todo si está aderezado con alegría, humildad y sencillez. Además, caminar en la caridad nos lleva a pronunciar palabras que construyen al ser humano y que nosotros recibimos del manantial inagotable de la misericordia del Padre.
Estamos invitados a descubrir y recorrer más profundamente la vía de la caridad. La caridad es un camino que implica una marcha eficaz de transformación de la historia, que exige incorporar los medios sociales y que se debe expresar en el encuentro personal que regenera y da vida (cf. FT 164-165). Así lo muestra Jesús en las relaciones que establece caminando en la caridad.
Caminando en la caridad con Jesús y con los hermanos, podemos soñar, como dice el papa Francisco con una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, todos hermanos (cf. FT 8), dispuestos no sólo a caminar, sino a vivir totalmente en la caridad de Cristo.
Con mi afecto y bendición.
✠ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León