José-Román Flecha Andrés – (16-XII-2023)
Ha pasado ya medio siglo, aunque la situación actual es muy parecida a la de aquel momento de guerra en Tierra Santa. Con motivo del rezo del Ángelus, el domingo 16 de diciembre de 1973, el papa Pablo VI, decía: “La Navidad está a la puerta… No seamos indiferentes a su venida. La Navidad no es solo una fecha especial en el calendario; es un acontecimiento que debe tener un impacto profundo en nuestra sensibilidad humana y en nuestra mentalidad espiritual”.
Afirmaba el Papa que la Navidad no es una fiesta solamente cristiana, sino una celebración de la humanidad entera. Y añadía: “Intentemos no malinterpretar el significado de este día, reduciéndolo a un episodio de alegría profana y consumo superfluo”. Para una adecuada celebración de la fiesta ofrecía a continuación unos pasos imprescindibles.
- En primer lugar, nos exhortaba a comprender el misterio religioso, divino y humano que da a la Navidad su corazón auténtico y perenne.
- Además invitaba a los fieles a comparar este misterio con la realidad de aquel momento. Se refería sin duda a la reciente guerra árabe-israelí del Yom Kipur, entre Siria y Egipto frente Israel, que todavía seguía suscitando miedos y esperanzas. El nacimiento del Salvador tenía que hacer pensar que “la paz es posible, especialmente en las contingencias históricas de nuestro mundo; no es una utopía; la paz es posible, y depende también de nosotros, de cada uno de nosotros, si Cristo, el Rey de la paz, está con nosotros”.
- En tercer lugar, el Papa decía que, “tranquilizados por esta visión superior, podremos sentarnos serenos y alegres a la mesa doméstica. Que la Navidad sea la fiesta del hogar. El belén está ahí, y la amorosa presencia de todos los miembros de la familia hace que esta hora, la más bella del año, esté entre las más bellas de la vida”.
- Con todo, decía que es preciso preguntarse: “¿Y los demás? ¿Los lejanos? ¿Los solitarios? ¿Los que sufren? ¿Los pobres? Sobre todo, los pobres. ¿Cómo podemos olvidarlos, mientras nosotros estamos en la alegría y ellos están en la pobreza y tal vez en el hambre?”
- Finalmente, el Papa Pablo VI nos pedía recordar que “todavía hay mucha gente pobre, y no muy lejos de nosotros”. Que este pensamiento suscite nuestra caridad, si queremos celebrar la Navidad con alegría. “Está cerca el belén de la sociedad marginada; y allí nos espera la pobre Virgen María para luego sentarse a la mesa con nosotros”.
Ha pasado medio siglo. Es asombrosa la coincidencia. En esta hora, marcada por conflictos internacionales y por guerras tan terribles, la Navidad nos hace desear de nuevo la llegada de la paz.