Cada día su afán – DIOS CAMINA CON SU PUEBLO

D. José-Román Flecha Andrés – (Diario de León, 28/09/2024)

El día 29 de septiembre de este año 2024 se celebrará la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. Con ese motivo, el papa Francisco ha publicado un mensaje que lleva por título: “Dios camina con su pueblo”.

En él nos dice que la Iglesia ha de redescubrirse como pueblo de Dios en camino a través de la historia, peregrinante o “emigrante” hacia el Reino de los Cielos. Y a continuación recuerda el éxodo del pueblo hebreo.

“Al igual que el pueblo de Israel en tiempos de Moisés, los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo. Y así como los hebreos en el desierto, también los emigrantes encuentran muchos obstáculos en su camino: son probados por la sed y el hambre; se agotan por el trabajo y la enfermedad; se ven tentados por la desesperación”.

Al igual que los hebreos, “muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación. Se encomiendan a él antes de partir y a él acuden en situaciones de necesidad. En él buscan consuelo en los momentos de desesperación. Gracias a él, hay buenos samaritanos en el camino. A él, en la oración, confían sus esperanzas”.

Dios no sólo camina con su pueblo, sino también en su pueblo. Se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia, especialmente con los últimos, con los pobres y los marginados. Esa identificación continúa el misterio de la Encarnación.

El encuentro con el migrante, como el encuentro con cada hermano y hermana necesitados, es también un encuentro con Cristo. Así nos lo dijo él en la profecía del juicio final: «Estaba de paso, y me alojasteis» (Mt 25,35).

Por eso, cada encuentro, a lo largo del camino, es una oportunidad para encontrar al Señor.  En la hermana o en el hermano que necesitan nuestra ayuda, está presente Jesús. En este sentido, los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor.

El Papa nos exhorta a unirnos en oración por todos los que han tenido que abandonar su tierra en busca de condiciones de vida dignas. Y, al final, ofrece una oración para esta Jornada dedicada a los migrantes y refugiados, que concluye con esta petición:

“No permitas que nos constituyamos en amos de la porción del mundo que nos has dado como hogar temporal. Ayúdanos a no dejar nunca de caminar junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes hacia la morada eterna que tú nos has preparado. Abre nuestros ojos y nuestro corazón para que cada encuentro con los necesitados se convierta también en un encuentro con Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén”.