2024 – VI Domingo de Pascua

Pascua del enfermo: “Dar esperanza en la tristeza”

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León

La campaña del enfermo de este año comenzaba el 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, con la Jornada Mundial del Enfermo y se cierra hoy, 5 de mayo, con la Pascua del Enfermo.

Como sabéis, “Dar esperanza en la tristeza” es el lema de esta Campaña que celebramos en el año de la oración preparando el Jubileo de 2025 que ayudará “a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”. Por ello, todos estamos llamados a ser “Peregrinos de la Esperanza”.

La fe y la oración nos abren a la esperanza que permite superar la tristeza y el sufrimiento. Es un mensaje universal, porque el Señor revela su salvación a todas las naciones. Lo atestiguan la palabra y las obras del apóstol Pedro.

Por una parte, cuando Pedro dice que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo ama y practica la justicia, sea de la nación que sea. Por otra parte, cuando, mientras habla, desciende el Espíritu Santo sobre todos los que escuchan sus palabras, judíos y gentiles.

El Espíritu Santo enciende los corazones de los creyentes en el fuego del amor de Dios, que configura e identifica a la persona que ama como Dios nos ha amado; como estamos llamados a amar, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Un amor que se muestra con exceso infinito en el hecho de que el Padre ha enviado a su hijo único y le ha entregado a la muerte en cruz como víctima por nuestros pecados para que tengamos vida por medio de él.

Permanecer en tal amor es garantía de salud, de vida, de la alegría que él nos ha dado y hará que llegue a plenitud.

Permanecer en el amor de Dios, unidos como los sarmientos a la vid, implica amar a los hermanos como el Señor nos ha amado, dispuestos a dar la vida por ellos, como Jesús. De este modo, sintiéndonos sus amigos, pues lo somos, él nos ha elegido para dar fruto duradero por el amor verdadero; amor que cura, acompaña, reconforta y da “esperanza en la tristeza”.

Amén.