«Santa María Madre de Dios y Reina de la paz»
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Hermanos, hermanas, ¡Feliz Año Nuevo! Esperemos confiados las bendiciones de Dios.
Como cada primero de enero celebramos la solemnidad de Santa María Madre de Dios y la Jornada Mundial de la Paz. La “Reina de la Paz” nos sostiene en la oración y el compromiso por la paz que hemos intensificado en el Adviento.
La celebración del Nacimiento de Jesús, príncipe de la paz, ha sido una fuerte llamada y una confirmación en el trabajo por la paz, como acontecimiento que atañe al mundo entero.
La buena noticia llega, en primer lugar, a los pastores y ellos son también los primeros que van a buscarlo, se acercan a adorarlo y transmiten la buena noticia que han conocido.
En torno al nacimiento de Jesús el Evangelio de Lucas recoge la admiración de quienes escuchan el relato de los pastores, así como la actitud de María que conserva todo meditándolo en su corazón.
La actitud de María es digna de aprendizaje e imitación para quienes somos discípulos de Jesús. Los misterios de Dios no podemos acogerlos superficialmente. Necesitamos meditarlos conservándolos en el corazón. Esa meditación dará su fruto. Como lo dará la alabanza a Dios de los pastores que igualmente podemos asumir nosotros.
Reflexión y alabanza quedan enriquecidas con el rito de la circuncisión. El Niño Jesús queda inserto en el pueblo de la alianza y por su nombre es reconocido como el que ha recibido la misión de salvar a su pueblo y a toda la humanidad, necesitada de paz.
El papa Francisco en su mensaje para esta 57 Jornada Mundial de la paz reflexiona sobre esta carencia de la humanidad en estos momentos.
Nos invita a reflexionar sobre la conveniencia de desarrollar el progreso de la ciencia y la tecnología como camino hacia la paz, evitando que sea un derrotero hacia el lado opuesto.
Hemos oído hablar de inteligencia artificial. Los instrumentos digitales cambian el rostro de las comunicaciones, las gestiones, el consumo y las relaciones personales. No todo nos gusta, no todo está bien y no todo nos trae paz. Debemos buscar y tener una mente y una inteligencia que produzca paz. Por eso, el Papa propone en su mensaje que esta expansión tecnológica y digital respete la dignidad humana, ayude a establecer relaciones fraternas y justas y, en fin, contribuya a la causa de la fraternidad humana y de la paz.
Comencemos 2024 con deseos y propósitos de paz en nuestro corazón, en nuestra familia, entres los pueblos y naciones y, con urgencia, en los lugares donde sigue imperando la guerra. Acojámonos al amparo de Santa María Madre de Dios y de los hombres, reina, peregrina y artífice de la paz desde todo lo que conserva en su mente y en su corazón.
Amén.