«¡Feliz Navidad, Iglesia en León, Casa del Pan!»
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Belén hoy irradia la luz que necesitan tantas tinieblas de nuestro mundo. El nacimiento de Jesús, el Verbo en quien estaba la vida desde siempre junto a Dios, es la luz de los hombres y hace temblar las guerras y la violencia, mientras enjuga las lágrimas de quienes sufren por cualquier causa. Esta Navidad recordamos con especial afecto y cercanía las víctimas de la DANA, a los difuntos y a los vivos que necesitan esperanza en estos momentos.
En medio de la penumbra que asola tantos lugares y tantos corazones humanos, ha de brillar con más fuerza la buena noticia que anuncia el mensajero de la paz y la justicia caminado con pies ágiles sobre los montes por el gozo que alberga en su interior y tiene prisa por comunicar (cf. Is 52,7).
Al escuchar este anuncio y conocer la misericordia de Dios con su pueblo, aprendemos a sentir el dolor de nuestros hermanos, al tiempo que compartimos con ellos la mirada de bondad y amor del Señor que nos llena de esperanza.
Por eso podemos romper a cantar un cántico nuevo, unidos como pueblo de la alegría, al escuchar juntos que el Señor nos ha consolado y rescatado, sellando con nosotros una alianza nueva, llena de misericordia. Desde entonces, en esta etapa de la historia, Dios nos habla por el Hijo, el heredero, reflejo de su gloria, impronta de su ser, quien sostiene el universo con su palabra poderosa y vence el mal (cf. Hb 1,2-3).
Este cántico nuevo, entonado por el pueblo fiel de Dios, nos convierte en alegres mensajeros de una Navidad que es comunión, jubileo de la esperanza, trozos de pan para dar de comer a los hambrientos, a quienes buscan a Dios y anhelan la paz, la alegría, el perdón y la esperanza. Una Navidad que es oración por la paz, la justicia y el amor. Una Navidad que es camino a «Belén, casa del pan», la santa Iglesia, en la cual se distribuye el cuerpo de Cristo, el pan verdadero, esperanza que no defrauda (cf. Elredo de Rieval, Sermón I de la Natividad). Una Navidad que es «Iglesia en León», también «casa del pan» como la humilde y esperanzadora Belén de Judá.
Anunciemos, felicitemos y vivamos así la Navidad, acogiendo al Verbo, la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, como hijos de Dios que han recibido gracia tras gracia (cf. Jn 1, 4. 9.12.16).
¡Feliz Iglesia en León, casa del pan, camino, oración, trozo de pan, jubileo, comunión!
¡Feliz Navidad!