Despedida de las Hijas de la Caridad en Sahagún
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Queridas hermanas, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y demás personas consagradas. Querida alcaldesa y corporación municipal. Queridos hermanos sacerdotes. Queridos hermanos y hermanas.
Estamos reconociendo con gratitud la presencia y el compromiso de las Hijas de la Caridad con incontables razones de gozo, gratitud y esperanza. Aunque el motivo principal de esta acción de gracias es vuestra marcha de Sahagún, esta no es ninguna despedida, porque continuáis en la diócesis, después de tantos y tan fecundos años.
El año 1892 llegan las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl a Sahagún para hacerse cargo del Hospital de Providencia y del Colegio san José. En 1864, casi treinta años antes, habían llegado a la ciudad y diócesis de León.
El Hospital venía fraguándose desde 1878, cuando el por entonces párroco, don Antonio Ruiz, propuso desde el púlpito emprender un proyecto de ayuda a los más desfavorecidos. Los vecinos respondieron con donativos y limosnas, y un año más tarde se fundó el Hospital de Providencia, para enfermos crónicos, ancianos y personas con trastorno mental.
El Colegio san José se fundó en 1891, gracias al testamento que dejó don Vicente Tomás Franco del Corral, provisor y vicario general del Arzobispado de Santiago de Cuba, para atender a las niñas pobres del pueblo.
Nos contemplan ciento treinta y dos años de historia de entrega al servicio de los más necesitados.
En 1905 se fundó en Sahagún el asilo al que las Hijas de la Caridad se dedicaron de lleno en 1972 centrándose en la atención a las personas mayores en el Hogar-Residencia san José. En 2010 ya recibieron un homenaje de las gentes de buena voluntad de Sahagún.
Estas mujeres de Dios al servicio de los demás y del bien común han seguido las huellas de San Vicente de Paúl, Santa Luisa de Marillac, Santa Catalina Labouré y otros modelos de santidad que también habéis podido conocer en Sahagún.
Santos de la puerta de al lado, personas de Dios solícitas, silenciosas, humildes. Las Hijas de la Caridad estáis llamadas a servir y vivir con el mismo espíritu con el que lo hicieron los primeros diáconos que hoy recuerda la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
Además, vosotras, hermanas, habéis construido fraternidad y sororidad cordialmente. Estimando y valorando más a los otros que a vosotras mismas. Alegres en la esperanza, pacientes en todo momento, y perseverantes en el amor más grande conocido y en la oración, fuente del mismo amor de Dios. Solidarias y hospitalarias con los más necesitados. Bendiciendo; alegres con los que están alegres y padeciendo con quienes padecen, acomodadas a los humildes para decir con vuestros señores los pobres: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti (Sal 32).
Un hermoso y admirable programa de vida. Vosotras nos recordáis con una vida así las actitudes fundamentales de los cristianos. Esta vida grabada como entrega y esfuerzo es una auténtica medalla milagrosa, como esa hermosa devoción nos recuerda. Y produce curaciones del cuerpo y del espíritu que vienen de Dios, quien cambia el orden humano de las cosas y nos invita a confiar y esperar siempre.
Él es quien calma las tempestades y las amenazas. Él es Cristo Resucitado, que nos dice, caminando sobre el mar: «Soy yo. No temáis».
Damos gracias a Dios por el carisma vicenciano y la obra de las Hijas de la Caridad en Sahagún. Vuestra huella nos urge a un compromiso humilde por amor, para que el Señor siga obrando maravillas con los pequeños aquí, sobre todo en el Hogar-Residencia San José de Sahagún. No estáis lejos en Villaobispo, donde continuáis haciendo e invitando a hacer memoria de los gestos de Jesús.
Que el Señor os bendiga. Y que la Inmaculada Concepción, la Virgen Peregrina, nos guíe hacia las montañas y los valles de los necesitados donde Dios regala la vida abundante para todos.
Gracias, hermanas. Con letras grabadas en el corazón, que se borran menos que en cualquier placa, os podemos decir: “A las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En reconocimiento por su generosa y larga entrega en Sahagún, la gratitud y el amor más sincero de los vecinos de Sahagún, de la parroquia de san Lorenzo y de la diócesis de León”.
Amén.