«Lo que hemos oído, lo que hemos visto» (1ª Jn 1,1)
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Vuestro patrono, jóvenes papones, es testigo excepcional de la esperanza que no defrauda: Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado.
San Juan, apóstol y evangelista, nos habla del Maestro de vida, de alegría y de esperanza. Una enseñanza que está recogida en el texto evangélico que hemos escuchado y que nos sitúa ante el sepulcro vacío de Jesús.
Esta visión puede incitar a buscar explicaciones: ¿Quién ha robado el cuerpo? ¿Dónde lo han puesto? Pero también el sepulcro vacío lleva a creer, como le ocurre a Juan. En él se da una experiencia de fe en la palabra del Señor que dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» (Jn 11,25-26). Nos transmite la gran alegría de su vida, para que nosotros también la experimentemos.
En este año jubilar como peregrinos de la esperanza, el mensaje de san Juan para vosotros es que no dejéis de buscar la esperanza en vuestras vidas —¿Qué necesitáis para ser hombres o mujeres de esperanza?—, conscientes de que la esperanza que no defrauda, Jesucristo, os busca a vosotros como buscó a san Juan. Cuando la encontréis, como el discípulo amado —ojalá ya la hayáis encontrado—, sed testigos y transmisores de la esperanza, igual que Juan, para anunciar a quienes no conocen a Cristo, o viven sin esperanza, lo que habéis visto y oído.