2023 – Domingo XXXII Tiempo Ordinario

«El regalo de ser diocesanos»

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León

Queridos hermanos y hermanas. La Palabra de Dios en este Día de la Iglesia Diocesana nos invita a redescubrir la grandeza de salir al encuentro del Señor con nuestras lámparas preparadas, agradecidos por el don de la fe y de nuestra pertenencia a la Iglesia santa, pecadora y siempre madre.

Hoy es un día para recalcar que “es un regalo ser diocesanos” —“es un regalo el bautismo”— y así lo agradecemos, celebramos y expresamos con la decisión firme y permanente de nuestra conversión personal, eclesial, pastoral, misionera y samaritana.

La parábola de las diez vírgenes que hemos escuchado la podéis contemplar y desentrañar en la arquivolta exterior de la portada derecha de la entrada a la catedral, dedicada al triunfo de María.

Es una preciosa explicación visual original y creativa propia de excelentes artistas catequistas. Alternando la posición de necias y sensatas, estas últimas ocupan las posiciones más altas, cercanas al triunfo, y nos hacen darnos cuenta de que entrar al banquete del reino de Dios exige una actitud sensata, prudente, previsora por parte de cada bautizado.

Una actitud que implica silencio para escuchar y hallar la sabiduría radiante que nos sale al paso en cada pensamiento y nos conviene adoptar permitiéndonos encender las lámparas que nos alumbran a nosotros y enseñar a otros el camino comunitario, sinodal, de llamas encendidas para encontrar la puerta del banquete de la misericordia y el amor.

Así es la Iglesia que estamos llamados a continuar edificando, la que nos reúne para caminar juntos y aprender a ser hermanos y hermanas, hombres y mujeres sabios y prudentes que favorecen y disfrutan los encuentros fraternos.

Así es la Iglesia que abre sus brazos de madre para acoger a cuantos quieran acercarse y experimentar la misericordia y el amor que regeneran la vida, nos hacen buenos samaritanos, derriban muros, abren puertas y construyen puentes de relaciones de ayuda que dignifican.

Así es la Iglesia que peregrina desde hace siglos en León y ha escrito una larga y fructífera historia de fe cristiana con tantos discípulos misioneros; pasado, presente y futuro del anuncio del reino de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Así es la Iglesia que se levanta en cada parroquia, en cada comunidad, en cada grupo, en cada pueblo, entre pueblos y entre barrios, entre hermanos, hijos del mismo Dios.

Al coincidir el Día de la Iglesia Diocesana con la celebración dominical de la Resurrección del Señor, renovemos nuestra fe para no afligirnos como personas sin esperanza, como nos desea el apóstol Pablo, pues hemos recibido una esperanza viva que nos libera del llanto y el dolor: Cristo vivo con su fuerza resucitadora.

Anticipemos en esta celebración eucarística el banquete eterno y la visión de la Jerusalén celeste en esta bella y luminosa catedral que es imagen de la lámpara encendida entre todos con la prudencia del santo pueblo fiel de Dios. Iglesia diocesana de León que nos acoge y acompaña maternalmente bajo el cayado del Buen Pastor, Cristo vivo, el amparo de la Virgen del Camino y la intercesión de san Froilán, san Isidoro y los santos y beatos mártires leoneses.

Amén.