2022 – Solemnidad Bienaventurada Virgen María de Loreto

«María Madre de Dios-con-nosotros»

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León

Feliz celebración de vuestra patrona la Bienaventurada Virgen María de Loreto. Como sabéis, esta advocación como patrona de los aviadores se debe a una tradición del siglo XIII, según la cual, en el año 1291, cuando los cruzados se vieron obligados a abandonar Tierra Santa, la casa de la Virgen fue transportada milagrosamente por ángeles volando desde Nazaret a Dalmacia y desde allí, en la noche del 10 de diciembre de 1294, a un bosque de laureles (lauretum en latín, de donde derivó el nombre Loreto) en Ancona, Italia.

Hermosa y devota tradición que nos permite hoy celebrar la buena nueva de la Encarnación que surca los aires de este mundo para llegar a toda la tierra.

Noticia profetizada en el antiguo Israel y que toma forma en la Encarnación del Hijo de Dios, tal y como hemos escuchado hoy en el Evangelio como un acontecimiento de gracia y gozo profundo.

Al recibir el saludo del ángel Gabriel, la Virgen María es invitada a alegrarse de parte de Dios que la colma de su gracia, más aún la desborda con su gracia. Ella es la Nueva Eva, que abre este mundo a Dios y a nosotros las puertas del reino de los cielos.

En esta apertura de cielo y tierra encontramos tranquilidad y seguridad en la Madre de Dios, nuestra madre, que es refugio y amparo en toda circunstancia, particularmente para vosotros y vuestras familias cuando estáis en el ejercicio de vuestras misiones. Confiad siempre que vivís bajo el amparo de la Virgen María bajo la advocación de Ntra. Sra. de Loreto.

La liturgia de la Palabra nos ha ofrecido también hoy un fragmento del libro del profeta Isaías en el que se nos invita a descubrir la señal de salvación de nuestro mundo sea cual sea el tiempo y el escenario en los que nos encontremos.

La espera del nacimiento del Mesías ya se ha cumplido. María Virgen da a luz a Dios hecho hombre, que ha amado infinitamente a la humanidad y por eso es Dios con nosotros. Siempre a nuestro favor, siempre al lado de los que necesitan ayuda y consuelo.

En la Madre de Jesús —Dios con nosotros— la fe ha dado su mejor fruto y ha llenado el mundo de alegría. Igualmente, cuando nuestra vida cristiana da fruto, nos llenamos de alegría, que es el signo más evidente de la grandeza de la fe (cf. LF 58).

Miremos una vez más a la Virgen María, Nuestra Señora de Loreto, que responde sí al plan de Dios para poner en íntima relación el reino de los cielos y el de la tierra.

Bajo su protección, con el quehacer cotidiano en esta Base y en toda vuestra vida, podéis manteneros cerca de Dios por medio de su madre. Podéis hacer de la Base un lugar lleno de vida, de ilusión, de proyectos nuevos que hagan cada vez más próximo el reino de Dios y su justicia. Recordad siempre que Dios está con nosotros y pide contar con nuestra libre adhesión, como pidió y contó con el sí de la Virgen María.