2021 mayo – Carta pro orantibus

Queridas hermanas contemplativas de la diócesis de León:

Un cordial saludo de comunión, como no puede ser de otro modo, al celebrar la Solemnidad de la Santísima Trinidad y la Jornada Pro orantibus este próximo domingo 30 de mayo. Desde la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada os proponemos el lema «Cerca de Dios y del dolor del mundo».

Seguimos en un tiempo especial, que ha de ser de gracia. Con los ojos puestos en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nos condolemos con quienes más padecen a causa de la muerte, la enfermedad, la pobreza, el miedo, la soledad y tantas otras muestras del dolor humano que vosotras conocéis bien, porque os las confían para mantener o recobrar la esperanza.

En esta jornada, la Iglesia que peregrina en León da gracias a Dios a un solo coro por vuestra hermosa forma de acercaros a Dios; por vuestra historia de amor apasionado por el Señor, viviendo en él y para él, y por la humanidad a la que os unís estrechamente.

Vuestra vida de intimidad orante y fraterna os convierte en faros que iluminan a muchas personas que navegan, sin rumbo o desorientadas, por los mares procelosos de la existencia humana.

En vuestra intimidad con Dios y con las hermanas, os unís a todas las gentes, especialmente a quienes tienen más heridas. En vuestra contemplación, que abarca con una sola mirada a Cristo y a la humanidad, crecéis en la amistad con Él y con los hombres y enseñáis cómo se puede ser amigo de Dios y de la humanidad, hermanos todos.

Pido a Dios Padre que os custodie en su misericordia y amor para que viváis como hermanas la comunión a imagen de la Santísima Trinidad. Pido al Hijo Esposo que os envíe nuevas vocaciones y al mismo tiempo os conceda su paz y su gozo en la espera vocacional. Pido al Espíritu Santo que os aliente en la fidelidad cotidiana con su creatividad y que os mantenga la alegría de la fe y de la respuesta generosa a la llamada.

Finalmente, encomiendo con vosotras al Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo, los sufrimientos del mundo para estar cerca de Dios y de todos, especialmente del dolor de cada ser humano, de modo que compartamos no solo su llanto sino también su ardiente esperanza.

✠ Luis Ángel de las Heras, cmf
Obispo de León

          Con mi afecto, gratitud y bendición.