2021 – La Sagrada Familia

«Revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia» (Col 3,12)

✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León

Fiesta de la Sagrada Familia. El Hijo de Dios se hizo hombre en una familia, lugar normal para nacer e ir creciendo en estatura, sabiduría y gracia.

La familia es la Iglesia doméstica y, por consiguiente, la Iglesia universal y particular es familia de familias. Como lo es también la parroquia y todas las comunidades cristianas.

La Sagrada Familia se nos presenta en gran armonía, pero también bajo el peso de un conflicto doloroso, que relata el pasaje evangélico de san Lucas. El comportamiento de Jesús provoca tensión en esa vida de comunión, en un hecho que recuerda su origen y hace vislumbrar su futuro. La respuesta de Jesús tuvo que causar una honda impresión en sus padres, María y José. Algo que se expresa cuando el evangelista dice que “no comprendieron”.

Ciertamente Dios lo cambia todo y hace que incluso las relaciones de la familia sean nuevas, de mayor profundidad y calidad.

Relaciones que hacen posible vivir revestidos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, sobrellevarse mutuamente y perdonarse cuando alguno tenga quejas contra otro. Todo un plan de vida de familia doméstica, de comunidad, de la Iglesia, familia de familias.

La familia ha sido decisiva siempre en tiempos de crisis. Por supuesto, lo es en esta pandemia con todas sus consecuencias. Aunque no veamos suficientemente valorada la familia tal y como la concebimos los cristianos y otras muchas personas de nuestra sociedad, no debemos quedarnos paralizados con quejas lastimeras. Reivindicar que se apoye la familia también implica que demos a conocer su valor, su grandeza, su alegría en medio de las dificultades.

Sabemos que no es bueno que el ser humano esté solo sin haberlo decidido. Durante este tiempo de pandemia muchas personas han sufrido soledad o la han experimentado más fuertemente.

La fiesta de la Sagrada Familia en este contexto tiene que motivarnos para ayudar a quien necesite salir de la soledad destructiva desde la experiencia de la familia que afronta unida las dificultades de la vida para superarlas.

Pongamos el amor como ideal de nuestras familias. El amor que recibimos de Dios y conocemos en Cristo. El amor que todo lo puede. El amor que restaura las relaciones rotas.

El amor que nos hace compresivos con los fracasos, los sufrimientos y toda aquella situación contra la dignidad de las personas que no puede consentir nadie. El amor que siempre triunfa.

Hermanos y hermanas, sigamos los caminos del Señor anunciando la buena noticia, la alegría, el evangelio de la familia que queremos vivir desde el amor de Dios cada uno en nuestras familias y en la Iglesia, familia de familias, y transmitamos este anuncio a cuantos quieran escucharlo.