Cada día con su afán – TRANSFIGURACIÓN Y SINODALIDAD

José Román Flecha Andrés  (Diario de León, 5-III-2023)

En su mensaje para la Cuaresma 2023, el papa Francisco ha evocado la Transfiguración de Jesús como modelo del camino sinodal de la Iglesia. He aquí un resumen en siete puntos:

  1. En Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis […] Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal de la Iglesia.
  2. En el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de su Transfiguración. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida […] También nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos como discípulos del único Maestro.
  3. A los tres discípulos se les concedió la gracia de ver al Señor en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural […] También el proceso sinodal parece un camino arduo. Pero al final nos espera algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.
  4. Junto a Jesús transfigurado, aparecieron Moisés y Elías, que personifican la Ley y los Profetas. […] De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones del inmovilismo y de la experimentación improvisada.
  5. El camino cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial, que halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, el Papa propone dos “caminos” para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.
  6. El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor: «Escuchadlo». […] En el proceso sinodal, el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal.
  7. Después Jesús se acercó a sus discípulos y les dijo: “Levantaos, no tengáis miedo”. No debemos refugiarnos en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios […] El camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado si Dios nos concede algunas experiencias fuertes de comunión. Que esa gracia nos haga artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades.

El Papa desea que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.