José Román Flecha Andrés (Diario de León, 19-III-2023)
El día 19 de marzo de 2013, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco tomaba posesión de su ministerio. En su homilía presentó a san José como el fiel custodio de la Sagrada Familia.
Según él, “José es custodio porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas”.
Al celebrar el décimo aniversario del inicio del pontificado del papa Francisco, nosotros meditamos hoy sobre la figura de José de Nazaret, reconociendo su misión y tratando de comprender su significado.
- José de Nazaret juega un papel muy importante en los relatos evangélicos, en los evangelios de la infancia de Jesús.
- José es el engarce de Jesús con la historia de su pueblo, con las promesas hechas a David, con la esperanza suscitada por las antiguas profecías.
- José representa además para los cristianos el modelo humano de la paternidad y la providencia de Dios que vela por su Hijo y por todos los que en él se reconocen.
- José es el hombre justo, que vive en la Ley revelada a su pueblo, pero está abierto a la sorpresa de un nuevo modo de presencia de Dios entre los suyos.
- José es el creyente silencioso que escucha la palabra de Dios, la obedece y hace posible la aparición en el tiempo de aquel que es la Palabra eterna de Dios.
- José es el hombre que encarna la suerte de los emigrantes, de los refugiados, de quienes tratan de tutelar y defender la vida de los inocentes perseguidos por los tiranos.
- José es el creyente, atento a los signos de los tiempos, que hace posible la salvación que Dios ofrece gratuita y misericordiosamente en Jesucristo.
- José es el hombre que, alguna vez, tiene la impresión de haber perdido al Salvador, que ha de buscarlo con angustia y que no acierta a comprender las palabras que se le ofrecen sobre Dios.
- José es el modelo del creyente, que vive junto a Jesús, observando su vida y favoreciendo y anticipando la hora de su presencia salvadora en el mundo.
- La presencia de José de Nazaret en el comienzo de la vida de Jesús es como una parábola que refleja los caminos de la fe de todo cristiano.
A la mayoría de los cristianos nos hace falta una reflexión seria y vital sobre la figura y la obra de san José, el esposo de María. Escuchando en silencio la voz de Dios, aquel buen artesano de Nazaret fue el fiel custodio de su familia.
Pero también nosotros hemos sido llamados a ser buenos custodios de nuestra propia dignidad, de este mundo creado que es nuestra casa común, de la familia humana y aun del honor del mismo Dios. Una hermosa y exigente responsabilidad.