«Somos pueblo que camina en el país de los vivos»
✠ Luis Ángel de las Heras, CMF
Obispo de León
Queridos hermanos y hermanas, la celebración eucarística de esta tarde nos reúne como pueblo que cree, ama y espera en la vida nueva y eterna. Pueblo que camina en presencia del Señor en el país de los vivos.
La certeza de que Dios está con nosotros, como hemos escuchado en la carta del apóstol Pablo a los Romanos, nos da consuelo y confianza para orar por el descanso eterno de nuestros hermanos difuntos. Al amor infinito de Cristo les encomendamos sabiendo que allí tenemos la seguridad de permanecer por encima de toda tribulación, angustia, persecución, necesidad y peligro.
La confianza de permanecer en el amor de Dios, que hemos conocido en Cristo Jesús, es garantía de salvación para nuestros hermanos difuntos y para nosotros que caminamos juntos con nuestro Dios hacia la tierra de la promesa de vida eterna.
Reconforta escuchar la oración de Jesús en el evangelio de san Juan. Vivifica saber que el Señor pide al Padre que contemplemos su gloria poque hemos conocido el nombre y el amor de Dios por medio del Hijo para que su amor esté en nosotros y nosotros permanezcamos en él.
Es lo que nos da garantía de que ni muerte ni dolor pueden apartarnos de Dios y de sus caminos y es lo que nos permite orar por nuestros hermanos difuntos como Jesús ora al Padre confiado en el poder vivificante del amor.
Que este consuelo de amor y paz permanezca en cada uno de nosotros por la Eucaristía que vamos a celebrar, anticipo del banquete nuevo y eterno, plenitud de vida.
Sintámonos caminando juntos con nuestros hermanos difuntos, bajo el amparo de la Virgen del Camino, Madre de todos los hombres, Esperanza nuestra. Nadie va solo ni triste en la peregrinación hacia la Casa del Padre que nos espera con el abrazo del amor nuevo y eterno que ya conocemos en Cristo Jesús, muerto y resucitado.
Amén.
